"Cualquier persona es capaz de hacer lo mejor pero también lo peor; todo depende de su estado, de su efecto."
Imagínate que eres el entrenador de un equipo de baloncesto y estáis jugando un partido contra un rival muy fuerte y competitivo. Vuestro contrincante nunca se rinde ni regala nada, es astuto, inteligente y muy duro. Imagínate que a quien te enfrentas, en definitiva, es a la vida, a tu futuro, a tu realidad, a la situación en la que vives.
El partido comienza muy de cara y fácilmente consigues colocarte por delante del marcador. Una tras o otra, comienzas a encadenar una serie de canastas espectaculares que hacen incrementar tu confianza y, a su vez, esto provoca que continúes ganando ventaja en el marcador. La grada explota de alegría, todos los espectadores corean tu nombre, eres el ídolo de la afición. Es decir, entras en una espiral positiva que hace que te gustes y veas tu vida de color de rosa. Que los problemas no sean tan grandes como otros dicen y que te veas capaz de triturar cualquier pequeño obstáculo que pueda presentarse delante de ti. Esto es EL EFECTO GANADOR.
Sin saber muy bien por qué, fallas una canasta y empiezas a dudar. Tu pulso se acelera y el rival nota tu estado y se crece. Vuelves a fallar. Tu cabeza empieza a fabricar preguntas en vez de respuestas, tu sistema de alerta se enciende y tu euforia desciende. ¿Qué me está pasando? ¿Por qué estoy fallando tanto? Si hace un momento encestaba todas, ¿por qué ahora no meto ninguna? Ya no disfrutas del juego y la apatía y tristeza comienzan a dominar tu cerebro. La vida no perdona y encesta una y otra vez lanzamientos de tres puntos mientras te resulta imposible reaccionar e intentas buscar una explicación a todo lo que te está sucediendo. La cuestión es que hay un problema, el partido sigue trascurriendo. En otras palabras, siempre hay momentos duros y difíciles en la vida. Instantes que nos provocan una inercia negativa y frustrante y de la que ni sabemos, ni podemos escapar.
¿Cómo podemos romper EL EFECTO PERDEDOR y conseguir de nuevo EL EFECTO GANADOR?
Cuando un equipo de baloncesto entra en una mala racha y no consigue encontrar la manera de parar al rival, es cuando debe entrar en escena la figura del entrenador. Es el momento de pedir un TIEMPO MUERTO.
El TIEMPO MUERTO debe ser un momento para respirar, para alejarse del partido y mirar con perspectiva y objetividad qué está pasando en el encuentro para elegir los planes de acción correctos que harán romper nuestra racha negativa y colocarnos de nuevo en la estela ganadora. Es un momento de reflexión, de bajada de revoluciones, de frialdad, de concentración, de cortocircuito pesimista, de bocanada de aire, de beber agua fresca y de replantear una nueva estrategia. Muchas personas o empresas toman decisiones en caliente, movidos por las circunstancias, pero sin trasfondo, sin lógica, sin marca corporativa o personal, decisiones que no nos sacan del hoyo, sino que nos entierran más.
Siempre que detectes que tu vida comienza a tomar un rumbo negativo, sigue los siguientes pasos:
1º Mira al árbitro y pide con decisión un TIEMPO MUERTO
2º Respira y haz que tus revoluciones bajen.
3º Observa tus fallos con detenimiento y objetividad
4º Crea una serie de planes de acción que hagan hackear tu estado
5º Actúa y ejecuta la nueva estrategia.
AITOR CARMONA
Coach de EL EFECTO GANADOR
No hay comentarios:
Publicar un comentario